Las personas no aman porque temen ser heridos por los seres a quienes devotan su amor. El resultado de toda esta confusión es escuchar la frase “…yo no creo en el amor”. Es todo un resultado del miedo de desaparecer, de ser atingido en la autoestima, en lo más profundo de nuestro ser.
Los santos no se preocupan con las consecuencias de amar, ni con los resultados de cualquier acción. Ellos aman sin miedo, no hay posibilidad de desaparecer pues están identificados con el Ser. ¿En donde puedo ser atingido si estoy y penetro todo lugar del universo? ¿A donde puedo ir si estoy en toda parte?
Una señal de que no sabemos amar es percibir que aún nos identificamos con el cuerpo, la mente y las emociones. Y un señal de que estamos mal identificados es verificar que tenemos miedo de amar. Son dos caras de la misma moneda.
Las técnicas espirituales al mismo tiempo que nos direccionan a la concientización del Ser, aumentan nuestra capacidad de amar.
