jueves, 29 de octubre de 2009

Conversando sobre moda (fashion) y arte

Existe una tendencia de personas que trabajan en la moda a relacionar la misma con el arte: "moda es arte". En este contexto estaríamos asumiendo que todo estilista es un artista, y que podría alcanzar el estatus de un Picasso o de un Rodan. Hace poco un amigo me dijo esta frase: "El arte guarda un mecanismo sutil para sublimar la sexualidad, en tanto que la industria de la moda incorpora un mecanismo sutil de reforzarla".


Todos nosotros hemos escuchado historias de la capacidad de los artistas para desafiar las limitaciones impuestas por el ejercicio de vivir, asumiendo situaciones extremas, riesgos y perjuicios que pueden comprometer su propia estabilidad moral, mental y emocional. Cuantos artistas han quedado recluidos en manicomios, o deambulando en la penumbra, por las calles, sustentados únicamente por la necesidad de crear y de recrearse, en un doloroso proceso interno de busca de sí mismo y del sentido de la vida.


Ahora la pregunta sería: ¿cuántos estilistas tendrían esta capacidad de sufrimiento por el ejercicio de su profesión? Para el artista es importante también la necesidad de ganar dinero, pero más importante aún es la necesidad de llegar para dentro de sí, de encontrar un sentido para su vida, de identificarse , reelaborarse y recrearse con su obra. Esto último sería más difícil de ser ejecutado por un estilista, o sea el de conseguir identificarse con una nueva colección, con un vestido o con un nuevo zapato; en todos estos casos el aspecto de transitoriedad de la obra es alarmante.


El arte resalta el trabajo, el sufrimiento, la necesidad de expresarse a través de la obra. El estilista busca diversión, belleza y principalmente la satisfacción consumista de sus clientes, y por lo tanto toda discusión estética y de contenido de su obra se queda irremediablemente en la superficie.


En el ejercicio de sublimar la sexualidad el artista no necesariamente busca apagarla, mucho menos reprimirla. Es un intento de ir más allá de la dualidad, en donde intuye que puede haber un espacio para la paz, en donde todo aspecto de banalidad, vanidad y superficialidad queda neutralizado por una fuerte y transformadora experiencia interna.


A pesar de que disfruto mucho ver mujeres bien vestidas, me parece que moda y arte van en direcciones opuestas - que me perdonen los estilistas.

1 comentario:

  1. Partiendo de un punto de vista "unitario", es posible diluir las fronteras entre las definiciones clasicas entre artistas y estilistas. Recientemente se abre en el Museo Nacional de Bogota, una sala dedicada a las 10 telenovelas que, segun la apreciacion de algunos sociologos, filologos y analistas de las ciencias sociales, ayudaron a crear y consolidar en el imaginario colectivo la certeza de que Colombia es un pais multicultural y multietnico.

    Miradas con cierta distancia en el tiempo, muchas, sino todas las expresiones del estilo de una epoca permiten leer detras de su aparente forma, la sustancia que busca y logra el arte de manera mas directa.

    Un ojo atento podra leer enorme cantidad de informacion sobre las relaciones culturales, sociales, economicas y politicas, en el estudio de la moda a lo largo de centurias, como tambien leerlo en otras expresiones del estilo.

    Para terminar, coincido con vos: disfruto enormemente ver las mujeres bien vestidas. Se me hace agua la boca saber que esas telas que ahora cubren sus cuerpos, en minutos estaran en el piso...

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